Sabemos que elegir el modelo adecuado puede generar dudas: hay muchas opciones, especificaciones técnicas y aplicaciones distintas. En esta sección encontrarás comparativas, explicaciones sencillas y recomendaciones prácticas para ayudarte a tomar la mejor decisión.
Tanto si buscas una cámara para uso profesional como personal, te guiamos paso a paso para que aciertes con tu compra.
Y si después de leerlo todo aún tienes preguntas, no te preocupes: estamos aquí para ayudarte.
Aunque no se traten con exactitud de lo mismo, en nuestra web el uso dado de “cámara térmica” y “cámara termográfica”, lo hemos querido utilizar como sinónimos, pero aquí te mostramos sus principales diferencias con sus matices técnicos que los diferencian
Todas las cámaras termográficas son térmicas, pero no todas las cámaras térmicas son termográficas (si no miden temperatura con precisión).
Para vigilancia nocturna muestra siluetas por calor, pero no te dirá si un objeto está a 30°C o 50°C.
Usada por un electricista detectará exactamente que un cable está a 85°C (riesgo de incendio).
Encontrar el modelo adecuado no siempre es sencillo. Factores como la resolución del sensor, el rango de temperatura, la sensibilidad térmica o el tipo de aplicación marcan la diferencia entre una compra acertada y una que se queda corta.
Aqui te ayudamos a entender qué debes tener en cuenta para tomar una decisión informada, adaptada a tus necesidades reales.
– La resolución del sensor infrarrojo es fundamental. A mayor resolución, más píxeles capturan la radiación térmica, lo que se traduce en imágenes más nítidas y detalladas. Esto es crucial para identificar pequeños problemas o variaciones de temperatura.
– Considera la resolución necesaria para tu aplicación. Inspecciones de edificios pueden requerir menos resolución que la inspección de componentes electrónicos.
– El rango de temperatura que la cámara puede medir debe abarcar las temperaturas que prevés encontrar.
– La precisión de la medición es vital. Una cámara con alta precisión garantiza mediciones confiables y consistentes.
– La sensibilidad térmica, medida en NETD (Diferencia de Temperatura Equivalente al Ruido), indica la capacidad de la cámara para detectar pequeñas diferencias de temperatura. Un valor NETD bajo es esencial para identificar problemas sutiles.
– El campo de visión determina el área que la cámara térmica puede capturar. Elige un FOV que se adapte al tamaño de los objetos o áreas que inspeccionarás.
– Considera la disponibilidad de lentes intercambiables para adaptar el FOV a diferentes aplicaciones.
– El enfoque es otro factor a tener en cuenta, ya que hay cámaras termográficas con enfoque fijo, y otras con enfoque manual o automático.
¿No tienes claro qué campo de visión o resolución necesitas?
Consulta aquí las especificaciones de FOV e IFOV de todos nuestros modelos HIKMICRO:
Y si aún tienes dudas, estamos aquí para ayudarte a encontrar la opción que mejor se adapta a tus necesidades. ¡Contáctanos sin compromiso!
– El software que acompaña a la cámara debe ser intuitivo y ofrecer herramientas de análisis potentes.
– Busca funciones como la generación de informes, la captura de imágenes y vídeos, y la capacidad de realizar análisis comparativos.
– La conectividad es muy importante, que sea capaz de transmitir los datos por wifi o por cable, facilita mucho el trabajo.
– La cámara debe ser resistente y duradera, especialmente si se utilizará en entornos industriales o exteriores.
– La portabilidad y la ergonomía son importantes para facilitar el uso prolongado y el transporte.
– La duración de la batería es un factor muy importante, dependiendo del tipo de trabajo que se realice.
– Costo-beneficio: Compara precios y características para encontrar la mejor opción dentro de tu presupuesto.
– Garantía y soporte técnico: Asegúrate de que el fabricante ofrezca una garantía sólida y un buen soporte técnico.
– Aplicaciones específicas: Algunas cámaras están diseñadas para aplicaciones específicas, como la inspección de edificios, la electrónica o la medicina. Ten en cuenta tus necesidades particulares.
Los precios pueden oscilar desde los 199€ y superar en los modelos más potentes los 45.000 €, dicho precio varía en función de múltiples factores pudiendo destacar entre ellos los siguientes:
– Resolución del sensor: Cuanto mayor sea la resolución, más detalladas serán las imágenes térmicas, lo que suele aumentar el costo. Las cámaras térmicas profesionales, destacan por su mayor resolución.
– Rango de temperatura: Las cámaras térmicas industriales con capacidad para medir temperaturas extremas suelen ser más caras.
– Precisión y sensibilidad térmica: Una mayor precisión en la medición de temperatura y una mejor sensibilidad para detectar diferencias térmicas pueden incrementar el precio.
Funciones adicionales: Características como conectividad Wi-Fi, análisis avanzado de imágenes y compatibilidad con software especializado pueden influir en el costo.
Marca y calidad de fabricación: Las cámaras de marcas reconocidas suelen tener precios más elevados, sin que se pueda justificar la diferencia de precio con respecto a nuestras cámaras termográficas HIKMICRO ya que la calidad de nuestras cámaras térmicas es máxima, siendo la garantía de la mayoría de nuestros modelos de 2 años en las baterías, 3 años en el producto y 10 años en el detector.
Las cámaras termográficas son herramientas versátiles que captan la radiación infrarroja (calor) y la convierten en imágenes con datos de temperatura precisos. Sus aplicaciones abarcan desde la industria, construcción hasta la medicina.
Ventaja clave:Permiten identificar problemas sin contacto físico y en tiempo real, evitando paradas costosas en industrias, defecto de diseño o riesgos en emergencias.
Al considerar cuidadosamente estos aspectos, podrás seleccionar una cámara termográfica que te proporcione mediciones precisas y confiables, y que se adapte a tus necesidades específicas.
Detección de sobrecalentamiento en equipos eléctricos (cables, conexiones, transformadores). Prevención de fallos en motores, rodamientos y maquinaria por fricción o mal funcionamiento. Termografía en paneles solares para localizar celdas dañadas («hot spots»).
Pérdidas de calor/aislamiento en edificios (puentes térmicos, fugas en ventanas o techos). Cámara térmica para detectar humedades (el agua retiene el calor distinto a los materiales secos). Verificación de sistemas de calefacción/refrigeración.
Monitoreo de tuberías (fugas, obstrucciones o corrosión). Control de hornos industriales y refractarios. Inspección de tanques de almacenamiento (niveles de líquidos, fugas invisibles).
Búsqueda de personas en incendios o rescates (visión a través de humo/oscuridad). Detección de incendios forestales en etapas tempranas (zonas calientes ocultas). Vigilancia militar o policial (detección de intrusos de noche).
Diagnóstico médico: Fiebre, inflamaciones, problemas circulatorios (cáncer de mama en termografía clínica, aunque no reemplaza a una mamografía). Control de epidemias (detección de fiebre en aeropuertos, como durante el COVID-19). Veterinaria: Lesiones en animales, cojeras en caballos o mastitis en vacas.
Análisis de sistemas de escape o frenos. Inspección de componentes electrónicos en vehículos eléctricos. Mantenimiento de aviones (sobrecalentamiento en motores o fugas en presurización).
Monitoreo de cultivos (estrés hídrico, plagas). Estudio de fauna salvaje (detección nocturna de animales). Geotermia y volcanes (mapeo térmico de actividad geológica).
Pruebas de disipación de calor en electrónica (PCBs, chips). Desarrollo de materiales aislantes o textiles. Estudios científicos en física, química o astronomía.